Alejandro Flores

29.10.08

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Cine budista, toda una filosofía

Primer Festival Internacional de Cine Budista
Ciudad de México
30 de octubre-9 de noviembre




El budismo no es una religión, sino una filosofía y una ciencia de la mente, menciona en entrevista Leónides Guadarrama, el director del Primer Festival Internacional de Cine Budista en la Ciudad de México.
Nada es lo que parece. Ni la felicidad ni el dolor. «Tú lo has creado todo, el problema es que no lo crees» se enuncia en los carteles promocionales de este festival, y para el director del evento esa frase contiene la aportación más grande que hace el budismo a Occidente pues nos hace ver que nosotros somos los únicos responsables del mundo en el que vivimos, es decir, de los ojos con los que lo vemos.

En este festival, que se llevara a cabo del 30 de octubre al 9 de noviembre, conoceremos la riqueza multicultural de alrededor de 18 naciones a través de más de 40 películas, conferencias y seminarios de primer orden.

A través de la pantalla veremos que temas como la felicidad, el amor, el fracaso, la hostilidad, la ilusión son meras atribuciones de sentido, por lo tanto no son tan reales como parecen, más bien son engañosas, pero nos obstinamos en pensar que el mundo externo y los demás son los culpables de nuestros males.

Por eso es importante “darnos cuenta que estamos viviendo en un mundo que está abriendo una nueva forma de vivir y lo que pretendemos es traer a México esa opción, que la gente se asome a esta puerta y descubra dentro de sí mismo una experiencia diferente”, dice Guadarrama.

Esta iniciativa surge en el año 2000 cuando se funda el International Buddhist Film Society, compuesto por poetas, músicos, actores como Peter Coyote, Richard Gere, Philip Glass, Robert Thurman, que descubren al budismo como una filosofía que puede ayudar a la sociedad, y sobre todo porque hace 20 años empieza a haber una colaboración muy cercana entre estas tradiciones y la ciencia contemporánea.

“México es la ciudad más grande de Occidente, por eso se determinó que fuera aquí la primera vez que un país de habla hispana organizara este festival, que se ha llevado a cabo en San Francisco, Los Ángeles, Ámsterdam y ciudades de Asia”.

“El público ideal es un público joven e inquieto que esté en la búsqueda del conocimiento interno, curioso de saber por qué son las cosas como son, o simplemente gente que ame el cine porque vamos a tener oportunidad de ver películas que de ninguna otra manera podríamos ver”.

Además de las películas se realizará un concierto de clausura, el domingo 9 de noviembre en la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (CNA), con la proyección especial de la película hindú Luz del Este (Franz Osten, 1925), que es la historia del buda histórico, el príncipe Siddartha y participan músicos del Conservatorio de Rótterdam, monjes de Nepal y Susana Zavaleta que se une a este experimento musical, cuyo fondo es la película.

Entre las películas se encuentran Magos y viajeros, dirigida por un lama del Bután; Iluminación garantizada, una comedia muy divertida; Ghost Dog: el camino del samurai, del gran director Jim Jarmusch; documentales sobre personajes como el Dalai Lama y su experiencia en exilio, con música de Philip Glass; sobre Matthieu Ricard y su renuncia a la biología molecular para convertirse en monje, y sobre la experiencia del músico Leonard Cohen en torno de estas tradiciones, con la participación de U2; además, una película sobre Milarepa, personaje de la cultura tibetana que se ve inmerso en un mundo de venganza.

De esta forma, se ofrece una ventana para aproximarse a un modo radicalmente distinto de ver la vida. Una filosofía de la compasión y el entendimiento tan necesarios en esta hora violenta de nuestra historia.

El calendario completo de las actividades de este festival puede consultarlo y descargarlo en la página de Internet: http://www.ibff2008mexico.org

22.10.08

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NIN reinventa el rock




Trent Reznor describe a Nine Inch Nails (NIN) como "dos entidades distintas: el Estudio, y la Banda en vivo". Por eso es importante separar el espectáculo de la discografía, el trabajo en estudio del despliegue eufórico y tecnológico en escena.


El sábado miles de mexicanos que asistieron al Motorokr Fest 2008, en el Foro Sol, pudieron presenciar uno de los conciertos de rock más espectaculares que actualmente recorren el mundo, el que ofreció esta banda de rock formada a fines de los 80.


En síntesis: efectos visuales con tecnología de punta como extensión sonora.


El montaje casi cinematográfico: dos pantallas metálicas dispuestas al fondo y al frente, del tamaño del escenario, con las que intercambiaban planos los miembros de la banda; imágenes perfectamente sincronizadas con la intensidad o mesura de las canciones; un vocalista de más de 40 años que roquea como todo un joven impetuoso pero que ha intercambiado el impulso por el cálculo que se ve reflejado en una meticulosa planeación que no deja nada suelto; el uso de instrumentos musicales tanto clásicos como el contrabajo, cuanto modernos como las cajas de ritmos; la imaginación llevada al límite para fundir una compleja y torrencial experiencia estética.


Un set-list interesante que sin embargo quedó a deber por cuestiones de tiempo; una canción sin duda importante como "Perfect Drug" no la interpretaron.


Sin embargo tocaron canciones clásicas y nuevas: "1,000,000" del álbum The Slip (2008), el inicio; "Closer", infaltable; "Piggy", cuyo coro "Nothing can stop me now" se volvía más actual que nunca, porque Reznor y compañía ha logrado llevar al rock más allá de lo estruendoso y potente, más allá de lo oscuro y serio, porque ha disuelto la digitalización de los sonidos con la revolución de las tecnologías visuales para reinventar un género, una forma y un montaje: el concierto de rock.


Con el concierto de NIN presenciamos un rock que se reinventa en el instante escénico.


Es la transición que va de aquellos tiempos en los que podías ir a un concierto de rock, cerrar los ojos, alzar las manos y dejarte llevar por la marea humana, hasta llegar a esta nueva experiencia que representa asistir a un espectáculo, no sólo un concierto, de rock en el que la música ya no sólo entra por los oídos, también lo hace por los ojos; de esa forma la hostia sónica, visual e intangible de los feligreses del rock que acudieron a comulgar frente a las pantallas, fue la forma en que esa colmena de cuerpos destiló su emoción.


Ahora, en lo que respecta a su discografía, el trabajo en Estudio, sin duda The Downward spiral (1994) es su disco más logrado ya que en él se encuentran varias de las mejores canciones de NIN: "March of the Pigs", "Eraser", "Hurt" y "Closer" son los sencillos de este disco.



"Perfect Drug", incluida en el soundtrack de Lost Highway (David Lynch, 1997) no se puede dejar de lado porque representa el giro hacia el sonido industrial de esta banda.


Pretty Hate Machine (1989) fue su primer álbum y consiste principalmente en versiones de estudio de demos grabados entre Trent Reznor y Chris Vrenna, del cual se extrae una de sus canciones más recordadas, "Sin".


Además "Gave up", de Broken (1992); "Starfuckers Inc." e "Into the Void" de The Fragile (1999) son la constatación de que NIN ha mantenido una calidad notable.


Para su quinta producción With Teeth (2005) aprovecharon las nuevas tecnologías de comunicación, al publicar en su página de Internet el video del primer sencillo de dicho material, "The Hand That Feeds". Otra de las canciones más aclamadas de este disco es "Only".


En 2007, lanzaron Year Zero, cuyo primer sencillo, "Survivalism" se estrenó por una estación de radio KROQ. Todos los demás títulos de los temas han sido publicados en el sitio del disco.


Ghosts I-V (2008) es una producción que cuenta con 36 temas instrumentales y que también se encuentra en Internet.


Por último, The Slip (2008) fue lanzado en la página web oficial de la banda y más adelante en formato físico, en el que destacan las canciones "1, 000, 000", "Discipline" y "Echoflex", en las que intercalan la creación de secuencias por medio de sintetizadores y distorsionadores con líneas melódicas por medio del teclado, xilófono o marimba.

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Guillermo Samperio: prefiero tener muchos estilos



Cuarenta años han servido para explorar y llevar al límites los estilos narrativos en la literatura de Guillermo Samperio, quien prefiere ser un escritor poli estilístico a un escritor con una manera particular de escribir.


"No me gustaría hacer lo que otros escritores que siempre escriben igual como García Márquez o José Saramago, quien además escribe como Vargas Llosa en los años 60, y ganó el Nobel por negociación política.


"Yo prefiero la diversidad, o sea, tener muchos estilos", dijo Samperio con motivo del homenaje que recibió la noche del martes en el Palacio de Bellas Artes.


Música, narrativa escénica e imágenes poéticas fueron el aderezo de este homenaje con motivo de los 60 años de vida de este escritor, 40 dedicados a la literatura "en cuerpo y cama", según palabras de Ana Clavel.


En el evento, la hermana del escritor, la mezzosoprano Pastora Sarmiento, interpretó un par de temas de William Samperio, su padre. Además, la simpática narradora oral escénica, Mercedes Hernández, contó a los presentes "Estación fatal", cuento del homenajeado, quien dijo "nunca había sido moderador de mí mismo".


En la mesa acompañaron al escritor sus amigos Víctor Roura, Ana Clavel, Silvia Molina y Hernán Lara Zavala.


"Ser hijo de un músico y compositor fue el principio genético de mi escritura. Salvador Novo, Alfonso Reyes, Julio Torri son los pilares y, en especial, Martín Luis Guzmán".


Comenzó a escribir "cuentos, que con un poquito de experimentación, fueron saliendo en racimo. A esto le llamaba Lezama Lima dinámica oscura", oculta, como su más reciente libro de cuentos, La guerra oculta, que sus acompañantes comentaron.


Ana Clavel mencionó que en dicho libro "cualquier fantasía se vuelve realidad literaria, lo mismo un capítulo apócrifo de Rayuela que una parodia hidalgo quijotesca con tintes perredistas".


Hernán Lara Zavala dijo: "el que fuera joven y brillante cuentista identificado con Gogol, Poe, Kafka, Walsh, Meneses, Cortázar y García Márquez, es ahora el hombre maduro que mira el mundo con los mismos socarrones ojos pero ahora cargados de experiencia".


"Entre los temas aborda uno muy importante: el absurdo de la vida y la vida del absurdo", mencionó Zavala.


Silvia Molina, por su parte, le dijo: "Con La guerra oculta has hecho tu propia radiografía y la de la sociedad que te ha tocado vivir. Nos muestras tu propia estética intensa y audaz".


Samperio, emocionado, dijo estar enfermo y a unos pasos de la vejez, por lo cual agradeció a los asistentes.

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A mis Brandaris





"Yo soy este momento"

poeta del colchón







Inhalen... exhalen

Esto es en síntesis mi opinión


...

Despegue y aterrizaje. Aterrizaje y despegue.


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Les propongo otra cosa:

Tratemos de vernos como lo que hoy somos de forma individual, sin pretensiones de reedificar algo, sin juicios caducos y sin sentir nostalgia por un pasado que es responsable ni más ni menos de lo que hoy somos.

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Tengo muchas ganas de escribirles pero no pretendo decir algo más conmovedor que lo ya mencionado por Churro, ni más nítido y conciso que lo expresado por Charal, ni tampoco más sorprendente que lo dicho por el buen Kalunga, a quien mando un abrazo. Ni, valga decir, lo sencillo y básico que es capaz de advertir Cristóbal, y menos lo vale verga (ja, no cierto hija, sino luego chillas), del Horacio.
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Ya hace un tiempo, conversando con este último cabrón, coincidimos en que nos suele ocurrir algo a los dos: tenemos lapsos en los que dejamos de frecuentar amistades que en otro momento eran referencia constante. Algunas de estas amistades, en ocasiones, vuelven pero en otras no. Curiosamente en esos vaivenes él y yo hemos mantenido "algo". No podría afirmar que ese "algo" sea la esencia que menciona Isidro ni tampoco estoy seguro si podría ser esa tendencia newbornesca que quisiera Charal.
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En lo personal pienso en ustedes como mis amigos y para mí lo siguen siendo, aunque también creo que son más mis amigos por separado. Sé que son mis amigos porque representan parte de la honestidad, generosidad y picardía que no he encontrado en mi vida, y son también algunos de los pocos a quienes creo puedo acudir en los momentos difíciles, los más importantes.
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Dicen algunos sabios que el verdadero acto de amor es aquel que un individuo hace cuando se aproxima a sus seres queridos con irresponsable abandono.
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Eso podría sonar súper pinche de entrada pero es sumamente profundo si lo pensamos un poco, porque cuando somos capaces de no aferrarnos a las cosas, sobre todo a los objetos, personas o ideas que nos son caros, ocurre un instante de renuncia en el que al soltar aquello que atesoramos, ese hecho, si es sincero, es más valiente que hacer hasta lo imposible para mantener con nosotros a quienes queremos.
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Es bastante complejo. Lo sé.
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Yo aspiro y creo en el amor pero no entendido sólo como el enamoramiento entre dos personas ni como parte de la esfera sacrificial que tanto ha entronado nuestra cultura con su exagerado mercado de mártires.
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No, sino el amor precisamente como ya lo he expuesto, como renuncia. Se trata de una postura radical y muy difícil de lograr pero es algo que considero higiénico para relacionarnos de manera afectiva con otros seres.
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Porque dentro de este cariz de abandono surge la esfera de la libertad y la aceptación, es decir aprender a ver al otro como una entidad que a cada momento va dejando de ser lo que era. La aceptación irrumpe cuando puedo ver que esa persona cambia y lo que siento por ella no merma en función de mis propios intereses, sino que sus cambios y decisiones, por más ajenos o detestables que sean para mí, los acepto sin condiciones y me concentro en ese movimiento que es la vida, para valorar su belleza pero sin un aferramiento seco.
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Hoy día han quedado lejos las pesadas galeras del compromiso Brandaris; han quedado lejos las intimidades transmutadas de unos a otros; no quedan ni los restos de aquellas cenas preparadas por mamá para después de la junta de jefatura; muy lejos se encuentran los cantos acompañados por infusiones de cerveza en algún barcillo de Coyoacán; muy borrosos son los rostros que buscábamos ante cualquier problema en un valle, en una ruta, en una carretera abandonada, ante una vorágine de furiosos padres de familia.
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¿Y?
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La nostalgia y la paranoia nutren el simbolismo de los románticos. Pero del mismo modo que los vanguardistas, instauran, en la ruptura con la linealidad del tiempo progresivo, la fortaleza de su espíritu.
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Es decir, la fortaleza de la ruptura romántica y vanguardista es la revolución poética.
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Pensarán que ya les voy a hablar de literatura y no estarán del todo equivocados sólo si aceptan que la noción que yo tengo de literatura es una muy cercana a lo que entiendo por vida.
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De esta forma, poesía es vida. Y la vida, un sistema homeostático, es decir, que cambia y se auto genera constantemente. Entonces la poesía es revolución. Por tanto, la revolución poética es la revolución de la revolución. Y la revolución de la revolución es el cambio en el cambio. Es decir, la imposibilidad de que la revolución se transforme en algo esencial: sólido y estático. Por lo mismo es imposible asirla. Si se perdieron, me refiero a la vida.
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La nostalgia aparece con la filosofía y filosofía es aspiración a estar por doquier en sí mismo, dice Novalis. El filósofo es el individuo que no se encuentra pues todo le es extraño desde que abandonó el capullo materno.
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Así pues, la filosofía es la búsqueda de respuestas para reinstaurar los tiempos felices pero exige de entrada el conocimiento de que es una empresa destinada al fracaso. Eso produce dolor y nostalgia.
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Ustedes son los amigos con los que compartí algo que ya ni siquiera está pero que de alguna manera existe en ese continuum (mi vida, lo que "soy") cuyo único elemento común a través del tiempo es mi nombre.
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Son los amigos de la infancia y de la adolescencia que de forma remisa se dieron cuenta de que había que crecer para enfrentarse al mundo de a de veras.
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Son los amigos del capullo Brandaris, donde todo era felicidad, hasta que ocurrió esa grieta en la cual el mundo se hizo extraño y volvimos a buscar referentes pero cada quien por su lado. Nos quedan fotos, recuerdos, pretextos de ese mundo, y eso nos hace sentir nostalgia. Sin embargo, no debemos dejar de lado que frente a nosotros se han multiplicado las posibilidades. Nuestro mundo si bien es más caótico y duro, también es más rico, abierto y sobre todo inagotable.
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Ahora bien, la nostalgia cuando ocurre se vuelve irremediable, es aspiración a lo imposible. Por su parte, la revolución poética, es decir la vida, si bien es indescriptible y en ese grado inalcanzable, es más presente que la aspiración, porque se da aquí y ahora, es decir, a cada instante. La revolución no es futuro, es instante, y si ahondamos en éste existe la posibilidad de "alcanzar" un grado de eternidad. ¿Muy loco?
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La nostalgia nos ata, nos impide movernos, es decir, nos mata.
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La revolución es poesía, es movimiento, es creación, es este momento, es decir, es vida.
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Mi propuesta es la siguiente: cada quien haga su revolución, no se detengan pero tampoco olviden.
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"No olviden" no significa "sientan nostalgia".
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"No olviden" significa rendir homenaje a aquello que alguna vez existió dejándolo ir, rescatando lo valioso para integrarlo en nuestra personalidad y dejando de aspirar a que se repita, sino a que ese "espíritu" que nos unió pueda ser fecundo en nuevos rostros, en otros seres, ya que de ese modo entablaremos relaciones más libres, sin exigencias ni condiciones con nuevas personas de las que sin duda tendremos mucho más que aprender.
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No busquemos una nueva HHH ni mucho menos la vieja HHH.
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Reconstruyámonos en lo personal, liberémonos de nuestros mitos y aprendamos a vernos como somos, no como hubiésemos querido ser.
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Lo que formábamos se ha desvanecido porque simplemente ya no existe la base que nos sostenía: algo tangible como un proyecto en común. Por eso, yo creo que si de casualidad hay un error en lo que ha ocurrido muy probablemente tenga que ver con que desde antaño, cuando éramos jefatura, nos esforzamos reticentemente en construir nuestro propio mito, ser nuestros propios héroes, y pensamos que así seríamos felices.
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Fuimos unos niños educados con una visión heroica pero nunca se nos enseñó a enfrentar las batallas reales de nuestro mundo: el trabajo, el estrés, la desolación, la enajenación, el fastidio; niños instruidos en realizar planeaciones trimestrales pero a los que jamás se les explicó la importancia de saber planear a largo plazo, es decir, de saber planear con una visión concreta, real y auto transformante; muchachos que se conmovían por una cruz y una corona de espinas de plástico pero a los que no se les motivaba más que en discurso a sentir conmiseración por el dolor ajeno, por el niño que se droga y no tiene posibilidades de futuro; niños devotos de una mística superficial de simulacros a los que jamás se les aclaró qué era y de dónde venía un término de un simbolismo y profundidad tan grande como ese: mística.
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Además, éramos una familia tradicional: Isidro era el papá; yo, la mamá; Charal, el hijo mayor; Kalunga y Memo los pequeños, y Horacio el rebelde que se va de la casa.
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Por eso mismo, no podemos, ni sería deseable, ser o revivir lo que fuimos.
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Éramos esos jóvenes que queríamos ser héroes y obviamente no sabíamos nada. Nos veíamos y autonombrábamos como una jefatura súper chingona. Tanto que cualquier otra nos hacía los mandados. Pero por eso mismo fuimos un grupo cerradísimo. No aceptábamos a cualquiera. Ese fue el principio de nuestra ceguera y el primer dato al que deberíamos acudir para hacer una retrospección verdadera.
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Además, llegamos tal vez por causalidad: Churro decía que Tacho no lo veía con buenos ojos, entonces en otras condiciones, no sé, pero a lo mejor no hubiera sido jefatura. Por mi parte, a mí me caía mal la jefatura y sé que no los convencía pero sin embargo no tenían ningún otro prospecto. Charal fue el rescate y la última oportunidad después de que los otros dos prospectos se habían echado para atrás. Ya cuando Ángel era jefatura le daba miedo que subiera Horacio porque una vez dijo que "sería bueno poner una bomba en un McDonald's". Kalunga y Memo tal vez son los más auténticos. Ahora bien, esto demuestra que la casualidad fue maravillosa. Sin embargo, no éramos ningunos predestinados ni favoritos ni especie aparte. Ahí está el mito.
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Ahora, no nos vayamos por la tangente.
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Hablo:
A todos los admiro, respeto y recuerdo con profundo cariño.
Creo que no deberíamos hacer un viaje de fin de semana para hacer lo mismo que hacíamos antes: jugar, emborracharnos, hablar de los dark sides…
Tampoco pienso que debemos hacer renacer absolutamente nada.
Mucho menos creo en la idea de edificar nuevos mitos.
Pero sí me convence replantearnos en términos personales y reconocernos pero de una forma libre, no planeada ni demandante, tampoco forzada.
Quitémonos la losa.
Aceptemos que la vida es incontrolable y que el tiempo es más sabio que el hombre que aprende a contarlo.
Un honesto abrazo a todos.



Memo: eres una niña.
Kalunga: que bueno que ya estás más flaco.
Churro: me hubiera encantado acompañarte.
Charal: te debo varias cosas, espero ponerme a mano. Sabes que te admiro.
Horacio: ...


F / A / S / T

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III Muestra de Cine y Derechos Humanos

A 60 años de la Declaración de los Derechos Humanos, la Muestra Internacional de Cine sobre esta materia será un espejo frente a la sociedad para reflexionar en torno de temas que destruyen el tejido social y que se agudizan en momentos de crisis como la actual, mencionó ayer Rafael Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, en la presentación de la muestra itinerante.

“Estamos en un contexto privilegiado para tratar estos temas, a la luz de los desafíos que hoy tenemos porque la crisis económica va a desatar procesos peligrosos: desempleo masivo, contracción económica, que tienden a polarizar a las sociedades y a agudizar las contradicciones”, dijo.


"Hemos visto que en los momentos de crisis explotan la xenofobia o problemas de identidad, una tensión mayor. Y ese es un problema que va a cruzar México, no sólo como expulsor sino como receptor de migrantes en su frontera sur”, y ahí hay un tema muy crítico que el país no debe pasar por alto.


“México tiene que tener la capacidad de verse a sí mismo” en materia de Derechos Humanos, puntualizó.


La tercera edición de la Muestra Internacional de Cine y Derechos Humanos llega al DF, que es una de las 11 sedes en España y Latinoamérica, con 19 filmes de denuncia entre cortos, mediometrajes, largometrajes y un filme de animación, que se proyectarán en el Polyforum Cultural Siqueiros del 26 de octubre al 1 de noviembre y cuya entrada es gratuita.


Los temas de la muestra son: la controvertida libertad de expresión en los medios de comunicación, la interculturalidad, la sustentabilidad del medioambiente, la situación de la mujer, los efectos "colaterales" de los conflictos armados y las migraciones del sur.


José Luis Navarro, director de la Muestra, agregó que uno de los objetivos es “dar a conocer el cine que está afuera de los circuitos comerciales”.


Además, para promover la reflexión se organizarán mesas de debate presididas por destacados académicos y periodistas, al finalizar las proyecciones.


Otras de las sedes serán Chilpancingo, Acapulco y San Luis Potosí, en México, y como parte de su itinerancia internacional Guatemala, Ecuador, Argentina y Chile.


Consulte la programación en muestraderechoshumanos.org en Internet.



17.10.08

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Dos leyendas al Motorokr

18 de octubre de 2008
Foro Sol



Quizá nunca pudimos ver a nuestros artistas favoritos salir del radio en el que los sintonizábamos pero hoy es posible imaginar que salen de nuestro teléfono celular, pues los próximos 18 y 19 de octubre, en el Festival Motorokr, organizado por una famosa compañía de teléfonos celulares, nuestro país recibirá la visita de dos grandes leyendas de la escena del rock internacional: el multifacético Trent Reznor, de Nine Inch Nails (NIN) y Scott Weiland, líder de los Stone Temple Pilots (STP).

Ambos artistas siguen siendo estandartes de una generación fanática de las guitarras eléctricas y los sonidos distorsionados, la misma que en los 90’s tenía a su alcance una gran cantidad de nuevas propuestas musicales comandadas por jóvenes desencantados de la generación X, Trent Reznor, Scott Weiland, Chris Cornell, Eddie Veder, y por supuesto, Kurt Cobain, entre otros.

Mientras NIN acumula ovaciones por todo el mundo con su actual gira Lights in the sky, en la que aprovecha perfectamente las nuevas tecnologías y las nuevas maneras de hacer música, Scott Weiland ha sido duramente criticado por su infranqueable adicción a las drogas y el estancamiento musical de los STP.

Reznor, quien hoy tiene 43 años y es ingeniero en computación, desde pequeño enfiló por la ruta que lo convertiría en un músico polifacético: en secundaria ya tocaba el piano, la tuba y el saxofón. Esa ruta encontró solidez casi por casualidad cuando en 1988, trabajando en un estudio de grabación tuvo la posibilidad de grabar demos junto con Chris Vrenna que a la postre se convertirían en el primer álbum de Nine Inch Nails, Pretty Hate Machine.


Así, las composiciones musicales fueron desde un principio materia creada en su totalidad por Reznor, quien además de cantante y compositor sería productor de la banda, la cual alcanzaría el éxito en 1994 con su tercer disco, The Downward Spiral, y de la mano de uno de sus sencillos más sonados, “Closer”.

En 1997 Reznor sería considerado uno de los personajes más influyentes en Estados Unidos. Con el tiempo, la solidez y el respeto configurarían lo que este músico ganador de 2 grammy’s representa en la escena independiente.

Además de dedicarse por entero a la composición de NIN, ha colaborado en distintos proyectos con otras grandes figuras como Marilyn Manson y el cineasta David Lynch. Pero también se ha peleado con muchos y ha padecido serias rachas de adicciones.


Entrados en materia, Scott Weiland se ha caracterizado por trastabillar a lo largo de su carrera. Ha oscilado constantemente entre el éxito y el exceso, una fórmula nada disonante en el mundo del rock.

Weiland ha aceptado con humor sus excesos, y cuando se le ha preguntado cómo ha sobrevivido a ellos, ha dicho: “soy como una cucaracha. Si hubiera una bomba atómica, sería una de las pocas personas que quedarían. He tenido tantas sobredosis y he sobrevivido. Es asombroso”. Por eso el pasado 29 de julio un crítico norteamericano lo apodó como el “Amy Winehouse del rock”.

Weiland recientemente se separó del grupo Velvet Revolver, banda en la que estuvo cinco años y en la que compartía créditos con algunos ex miembros de Gun’s & Roses (Slash, Duff) con quienes se ha enfrascado en una guerra de declaraciones.

Sin embargo, Weiland parece contento y motivado por el reencuentro con su banda original, pues son los “muchachos con los que crecí”, dijo en mayo. Además, su disco en solitario saldrá a la venta en el mes de noviembre; con STP planea grabar un nuevo disco a raíz de su reencuentro, y está escribiendo un libro sobre su vida, además de trabajar en un programa de televisión y en una colección de ropa.

De esta forma, el Foro Sol (DF) y la Explanada López Mateos (Guadalajara), podrán ser oráculos que develen incógnitas como: ¿Cuál será el futuro de estas dos bandas fundamentales en la música de fines del siglo XX? ¿Hasta donde podrán reinventarse y seguir vigentes? ¿Estamos ante la consagración de una banda y el ocaso de otra? Si usted es fanático del rock, no se los puede perder.

13.10.08

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Los gérmenes del narco

El vuelo, de Sergio González




Las décadas de los 60’s 70’s marcaron el fin de una civilización revelado en un doble sentido: la conciencia ecológica en torno de los límites del crecimiento y la aceleración del tiempo aunado a la gran Revolución tecnológica.


Dentro de este doble fenómeno se iría perfilando la liberalización de los mercados, se diversificaría la producción de racionalidades, es decir, los puntos de vista distintos sobre la historia, además el avance de la globalización poco a poco borraría las fronteras, para generar ahora un nuevo modo de producir sociedad, marcada por el ritmo del poder militar de los Estados Unidos, es decir, una nueva etapa del capitalismo, más salvaje.


Así pues, en los 60’s-70’s el mundo experimentó un giro radical que marcaría el futuro de la humanidad, el futuro aciago al que en estas horas nos aproximamos con la total certeza de que es sumamente incierto, porque en la competencia especulativa de los mercados se marca el ritmo de las sociedades de nuestros días.


Un símbolo de esa transición de civilizaciones sería el Sputnik, que daría la vuelta a la Tierra por primera vez; otro símbolo es el crecimiento de actividades delincuenciales con alcance intercontinental, como el narcotráfico.


Y la aparición de nuevas categorías en torno de los inicios del neoliberalismo: liberación del individuo y atenuación del pensamiento, nutrimentos centrales del hampa y el crimen.

En esa coyuntura mundial es donde parte la historia de El vuelo (Mondadori, 162pp), la más reciente novela del escritor y periodista mexicano, Sergio González Rodríguez.


La novela cuenta la vida de Rafael Asunción Vizcaya, un joven que azarosamente se ve inmerso en el negocio del tráfico de drogas y poco a poco, sin darse cuenta, será atrapado por ese remolino ante el cual es impotente. Un remolino que también es una bola de nieve porque un hecho simple, una vaga concesión por parte de este personaje, lo convertirá en avalancha. Esa vida “cómoda” a la que habrá accedido, finalmente lo llevará a reaccionar de un forma violenta mostrándose así en su complejidad y amplitud netamente humana.


Rafael Asunción Vizcaya es un muchacho común y corriente, de 30 años, que le gustan los toros y el box, nunca ha consumido ni consume drogas pese a ser traficante de cocaína y su libro de cabecera se llama El despertar de los dioses.


En el desarrollo de la novela podemos descifrar un ambiente de negocios que se mostrará en su caótica red de interacciones, en las que se encuentran todo tipo de intereses, luchas por el poder, códigos de honor y traiciones, hombres poderosos y vasallos, países pobres y ricos, consumidores o productores, fronteras ficticias y degradación institucional, social y gubernamental. Algo que se parece mucho al México violento de nuestros días.


Si bien el narcotráfico es el sustento que da pauta a la obra, no es el único tema de la novela. El planteamiento de la misma es mucho más complejo, porque si bien es una crítica a la sociedad que desculpabiliza la esfera del placer y banaliza la reflexión en torno de los efectos de las drogas y es una crítica al poder que ha amparado al crimen organizado y facilitado el andamiaje de una delincuencia formalmente aceptada al interior del propio sistema, también es la interiorización individual de un drama social que hoy cobra particular vigencia.


Es el drama de un individuo concreto, con nombre y apellido, determinado hasta cierto punto por su entorno inmediato y por las condiciones que se ve obligado a enfrentar.


El drama interno de ese individuo concreto se revelará en su incapacidad para entender lo que está pasando a su alrededor, una especie de Joseph K pero que ahora hace las cosas por inercia, ya no es el individuo que se cuestiona para entender, es el hombre que no puede liberarse y se conforma con sufrir menos. Curiosamente él no se evadirá por medio de la droga. Pero sí será un facilitador de esa “dicha efímera y al alcance de la mano” (SGR, p25).


Sergio González, con El vuelo, aporta una reflexión no como pretexto coyuntural para buscar un impacto de ventas, sino como una necesidad de abrir todos los sentidos ante un fenómeno que si bien atenta contra la sociedad, es producto y resultado de la misma, de sus vicios y de sus deseos más oscuros, un tema de plena actualidad abordado de forma ejemplar.


Por eso es importante leerla cuando México pareciera estancarse en una barbarie maquillada en los noticieros de televisión que se encargan de montar la ficción que reduce todo a una simple lucha entre buenos y malos, la ficción favorita de melodramas y caricaturas.



Sergio González Rodríguez

El vuelo (2008)

Mondadori

224pp

$161.

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Radiohead ¡vuelve a México?

Los fans cruzan los dedos

Hace 14 años, el 15 de octubre de 1994, Radiohead, una banda que llegaría a marcar a más de una generación, tal vez a la postre nombraría en sí una generación, se presentaba en nuestro país, en Ojo de Agua, Pachuca, lugar al que la banda llegó por un camino bastante descompuesto y en una camioneta medio amolada que, para sorpresa de los integrantes del grupo, no tenía frenos. ¡Imagínese el susto!


Aquella noche interpretaron las canciones de su primer disco, Pablo Honey, entre ellas la más aplaudida por ese inocente público mexicano, su primer éxito, “Creep”, una balada sosa que se puede contar aparte y que desde su creación fue de total desagrado para el guitarrista líder, Johny Greenwood, quien al hacer sonar su instrumento en la canción parecía hacer berrinche.


1994 es el año en que comenzaban a consolidarse las bandas de rock que representaron, con respecto a los “duros” de los 80’s, una alternativa para quienes no gustaban de las melenas rubias ni de los sujetos encuerados en escena, de los solos de guitarra extendidos y super elaborados ni de las tonalidades vocales unívocamente agudas. En ese espacio de consagración del rock alternativo, Radiohead tendría un lugar reservado.


Ese mismo año, en abril, Kurt Cobain decidía convertirse en leyenda a los 27 años desfigurándose el rostro con una escopeta.


Un año de convulsión asimismo para nuestro país debido a una concatenación exhaustiva de sucesos críticos: la irrupción en escena del levantamiento zapatista; el asesinato del candidato del partido oficial a la República; las elecciones presidenciales, y el asesinato del diputado José Francisco Ruiz Massieu.


Eso había ocurrido en el mundo y en México, mientras que en aquel concierto del 15 de octubre de 1994 nadie se imaginaba lo que esta banda representaría más de una década después, ya que el primer aviso de la trascendencia de este grupo apenas se develaría tres años más tarde, en 1997, con el lanzamiento del disco, OK Computer, considerado por los críticos el mejor disco de los 90’s.

Por tanto, Radiohead, en aquel 1994, nos pasó de noche. Más de una vez hemos podido escuchar los lamentos ante la desagradable experiencia que “sufrió” la banda porque debido a eso nunca volverían a México. Por la misma razón cuántos de nuestros amigos, de tener las posibilidades, no han perdido la oportunidad de verlos en vivo en algún país lejano, sea Alemania, EU o hasta Japón. Cuántas veces no hemos escuchado los rumores de que en la próxima gira “ahora sí” ya vienen a Latinoamérica, y cómo nos ilusionamos los mexicanos para en unos meses desencantarnos; la misma burra de cada cuatro años en el futbol, el clásico “ya merito”.


El rumor: tres conciertos, 15, 16 y 17 de marzo de 2009 en el Foro Sol de la ciudad de México, según varios blogs y páginas de Internet que se han basado en una nota publicada en el diario Récord el viernes.


Podemos decir que este rumor se ha extendido con una velocidad propia de una vorágine, una mancha voraz o una epidemia. Radiohead lo copa todo. Y surge la pregunta obligada: tras más de 14 años de contención para miles de fanáticos mexicanos ¿vendrá la catarsis o la enfermedad? ¿Será la liberación o el estreñimiento de emociones? Ya veremos. Puede que estén frente al anuncio del evento más esperado de sus vidas.

8.10.08

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Silvia Molina: Escribiendo te das cuenta de que has vivido

En silencio, la lluvia





En un sobrio despacho repleto de libros sobre historia y política, en donde Silvia Molina desempeña su labor como coordinadora de publicaciones en la Comisión para las conmemoraciones del Bicentenario, el entrevistador le pregunta:


Bueno y con tanto trabajo ¿cómo te das tiempo para escribir?


“Uno encuentra el tiempo. Esta novela la escribí en gran parte en una combi viejita y que brincaba mucho, cuando trabajaba como directora de literatura del INBA, y en el trayecto de mi casa a la oficina abría mi computadora y me ponía a escribir”.


Pero no es por ocio o para matar el tiempo se le haya ocurrido escribir. Si bien los escritores son los más grandes ociosos, el perfil de Silvia no calza con ese prejuicio.


“Soy una abuela muy alivianada. Mis nietos tienen una muy buena biblioteca infantil. Les gustan mucho las historias. Tengo un teatrito con títeres tejidos en el que representamos muchos de los cuentos que leemos”.


“Nos divertimos mucho. Disfruto mucho a mi familia, a mi esposo, a mis hijas y a mis nietos”.


Ok, disfrutas la vida, ¿pero se disfruta escribir?


“Sí se disfruta. Además, escribiendo te das cuenta de que has vivido”.


“Es una especie de inventario, de recuento. Te das cuenta que has hecho muchas cosas y que aún puedes hacer más”.


El inventario es una de las categorías centrales en su nueva novela, En silencio la lluvia (Alfaguara, $169) pues todas las partes que la componen tienen que ver con una etapa en la realización de un inventario: la descripción, el método y los resultados.


“Pero nosotros tenemos un poquito de prisa y no nos detenemos a hacer ese ejercicio”.


“¿Cómo reparar los daños que nos han hecho y que hemos hecho? Las relaciones humanas son complicadas. Uno aprende con los años que las cosas se superan y que el dolor por más terrible que sea finalmente cesa”.


“Se me ocurrió pensar qué pasaría si una pareja hiciera su propio inventario” y al concluir su relación o al salir de una vivienda compartida hicieran un corte para ver cómo se entregaban el uno al otro.


La autora cree que es recomendable en las relaciones, sobre todo las de pareja, hacer después de un determinado tiempo una reflexión, y esa es la metáfora del inventario: pensar qué está bien, qué está mal, qué y cómo corregir, si vale la pena mantenerla o ya no.


Se trata de una especie de repaso y evaluación sobre los sentimientos de los implicados. Un examen durísimo que para ser exitoso debe ser a prueba de egos. De lo contrario la reflexión devendrá engaño y el dolor se intensificará ante el fracaso del mutuo entendimiento. Esa intensificación hace que la vida, al menos en ese momento, sea asfixiante.


“Cuando nosotros tenemos un fracaso, del tipo que sea, amoroso, laboral, por lo general, salimos adelante, pero cuando las estás viviendo parece que son eternas y que no tienen solución, y por eso el sufrimiento”.


“Sería muy fácil decir ‘mira eso es cuestión de sufrir dos semanas’. Pero es más complejo”. Por eso la pregunta en la contraportada del libro: ¿Por qué nadie nos enseña a resucitar?


En ese sentido, al abordar en su novela el tema de las emociones habla de aquello que nos hace humanos: “los sentimientos no cambian, siempre que sentimos una pasión la sentimos de una manera idéntica”.


“En realidad En silencio, la lluvia es una búsqueda de los personajes. Mónica se encuentra a sí misma al entender la problemática o el pensamiento de las otras mujeres de la novela”.

“Es la historia de 3 personajes muy distintos: Mónica, una mexicana que va a estudiar a Bélgica un doctorado en Historia del Arte; Catharina de Lovaina, una beguina del siglo XVI que vive en un beguinaje, e Irene, una colombiana que trabaja en la Unión Europea, es mujer muy dinámica, maneja muchos idiomas”.


Mónica, la estudiante, comienza a vivir en lo que fue la casa de una beguina, Catharina de Lovaina, y al sentirse intrigada comienza a investigar sobre su vida.


Los beguinajes eran ciudades de mujeres, no exactamente conventos, que hay en todo el norte de Bélgica, originarias del siglo XII. Las beguinas vivían ahí sin hacer ningún tipo de voto, y por eso podían tener propiedades, trabajar, realizar actividades artísticas como pintar, tocar un instrumento o escribir, cuidar enfermos, educar a los niños.


En silencio, la lluvia es el inventario final de tres mujeres: cómo inician algo en la vida y cómo al final entregan un pasado y pueden verse a sí mismas. Es una reflexión que construye en el silencio.