Alejandro Flores

24.12.07

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¿Feliz navidad?

Abrazos mecanizados. Sonrisas que han perdido su espontaneidad. Regalos. Decepciones por no recibir lo anhelado. Esbozo de buenas intenciones que se disuelven en copas de sidra. Elaboración de discursos acartonados. Gastos al por mayor. Incubación de adeudos y preocupaciones. Derroche de lo que no se tiene. Ostentación por lo que se cree ser. Fashion weeks en los templos eclesiásticos y en los templos del mercado. Moneda de cambio en el poder de las religiones. Sustitución de un modelo por otro. Sustitución de un dios por otro. ¡Adiós Jesucristo! ¡Bienvenido Mercado! El culto del Dinero se muestra condescendiente, aprovecha las costumbres, las exprime, las renueva y nos las vende, las recicla. El resultado es una magna oferta de futilidades.

¡Felicidades! ¿Felicidades? ¿de qué, o por qué?

Navidad viene de natividad = nacimiento. Nacimiento en este caso de nada más ni nada menos que del Hijo de Dios en la tradición cristiana-católica: Jesús de Nazareth. 24 de diciembre. La práctica primigenia sería arrullar y cantar villancicos al niño Jesús. Celebrar su nacimiento. La no teológica es básicamente lo mismo pero sin el niño Jesús. Hoy, 24 de diciembre, monopolio de la Felicidad y de la Paz.

No hagas preguntas.
No engendres los problemas.
Cómete la cena. Pide un deseo.
Dame un regalo. Demuestra que te importo.
Pero Santa clós, ¡Al diablo Santa clós!

Hipocresías que se aglutinan para rechazar la reflexión. Creer que pensamos. Tener la idea de que sentimos. Creer que queremos. Creer que extrañamos. Hacerle caso a la tele. Sentir como que…

Duelo de egos encontrados, confundidos. Más de uno por persona. Yo y mi circunstancia. Yo y mi condición. Yo y mi contradicción. Yo y mis intereses. Yo y mis egos en escala. Yo y mis frustraciones. En fin. Hoy la gente sonríe. Hoy damos limosna. Hoy pensamos en alguien más porque es moral, social y políticamente correcto. Hoy no se cobra. Tal vez se paga. Hay desempachos. Muestras de agradecimientos: regalos. Muestras de interés: regalos. Asumir compromisos: regalos. ¿Qué es un regalo? Suele ser un producto transformado, correcto, visualmente agradable y con valor material agregado.

A Horacio se le ocurrió que un buen regalo sería una máquina para pensar. Yo pienso en unos lentes que solo puedan observar el instante para que no nos pase desapercibido. Si existiera ese sería mi regalo. Nada más.

Dice Sábato: «No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante». Que no es lo mismo que decir: busca compulsivamente instantes de intensidad como imbécil por el mundo pensando que no hay reacciones a los actos.

No te mando un abrazo. Ni una sonrisa. Hoy te van a sobrar. Te la mando cuando me nazca, tal vez sea mañana. No te mando una oración porque ya no rezo. No te mando una canción porque temo arruinar tus oídos. No te mando un cuento porque temo aburrirte. No te mando algo interesante porque no soy bueno para eso. Te mando este momento y un deseo:
Ojalá esta navidad no seas más feliz
Ojalá este día sea como cualquier otro.
Ojalá este día no tenga apellido
Ojalá no te conformes con lo absurdo
Ojalá te preguntes qué diablos estás haciendo justo aquí, justo este día, justo en este instante
Ojalá
Ojalá sirva
Tal vez esté equivocado
En ese caso es lo mejor que puedo darte:
Una pregunta.

AF

21.12.07

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Videotape

When i'm at the pearly gates. This'll be on my videotape. My videotape // Mephistopheles is just beneath. And he's reaching up to grab me // This is one for the good days. And i have it all here. In red, blue, green. In red, blue, green // You are my center when I spin away. Out of control on videotape // This is my way of saying goodbye. Because i can't do it face to face. I'm talking to you. Before... // No matter what happens now. I shouldn't be afraid. Because i know today has been the most perfect day i've ever seen.

6.12.07

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Mariposas en el estómago

Te amo porque me has dado tanto desde el momento en que apareciste. Porque contigo la dimensión espacio-temporal se demostró como es: imperfecta, irreal, inexistente, meramente conceptual. Te amo porque sonríes y eres capaz de ser sensible a mi dolor, a mi llanto, a mi necesidad, a mi necedad. Te amo porque cantas. Te amo porque bailas y eres capaz de seducirme de una forma tan dulce y salvaje. Te amo porque te he amado y te amenazo con decirte que lo seguiré haciendo, porque no existe a base de condicionamientos, no te amo si tú me amas, te amo porque existes, porque apareciste y nos encontramos. Te amo cuando los árboles abren sus brazos para acariciar y atrapar el viento. Te amo cuando el viento pone a girar al planeta al soplar en los brazos de los árboles. Te amo porque tengo necesidad de hacerlo, porque quiero hacerlo, porque no hacerlo sería un engaño, sería no estar viviendo. Te amo porque no me importa la espera, porque me rejuveneces, porque me devuelves la inocencia, y porque de lo contrario seria un anciano prematuro, sin motivación. Te amo porque eres un hermoso motivo. Y como decía Nietzsche: “aquel que tiene un motivo, un qué, siempre encuentra el cómo”. ¿Cómo amarte? De la forma en que me lo pidas. De todas las formas posibles. Grábatelo: Mi amor por ti llega más lejos que Argentina, no entiende la idea de tiempo ni el concepto muerte.
guelek.gyatso

23.8.07

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Japanese Human Art

¿Pastilla azul o roja?

16.8.07

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La espera

Quiero encontrar a mi mamá. ¿Por qué me miran así? Parece que están molestos conmigo. ¿Hice algo malo? La sala estaba repleta de invitados, conocía las caras pero no las personas, no sus nombres. Mami lloraba mucho en la sala. Me vio y se puso a llorar. Mi abuelita no entendía, creo que nadie le había dicho nada. Mamá decía “¿Por qué diosito, por qué?” Sentí que debía llorar, porque cuando pasaba algo así yo me ponía a llorar, creo que eso es lo que hago. Vi un ataúd en el centro de la sala. Silvia se acerco a mí. Ella es muy valiente, pero también estaba triste. Como que me quería decir algo pero le costaba trabajo. Mi mami lloraba y lloraba. Yo sabía qué estaba pasando. No era necesario que Silvia me explicara. Los adultos creen que los niños somos tontos. No tengo miedo. A mi tío Beto ya le pasó, a Salvador también, a mi abuelita Sarita, a mi compañera Karina. Mi papá parecía confundido. Sentí que era bueno acercarme a explicarle lo qué pasaba. Pero vi que Beto lo abrazaba. No sé cuánto falta y eso me da flojera. El asunto es sencillo. ¡Sí! ¡Me voy a morir! ¡Sólo tenemos que esperar a que me muera!

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Domingo 8 de julio de 2007, 10:12 p.m.

Domingo 8 de julio de 2007, 10:12 p.m.

Te busco en las enredaderas de los árboles, cuando el viento fresco limpia mis lágrimas en un caminar repleto de seres que se machucan como hormigas. Nada es más bello que contemplar la caída de tu cabello como cascada infinita. Te busco en ese hombre que viene de frente y me reta con la indiferencia de su mirada. Te he buscado por debajo del pasto, en las plazas de mercado, en la ambición, la pedantería, la opulencia y el clima de superficialidad que entra por mi nariz y me desangra, que tragan mis poros para vomitar los restos de humildad que ya no merezco. Te busco como un gato que se posa en la cabeza de todos los gigantes para observar un horizonte maravilloso. Te amo en las paredes y en la cocina. Cuando la luna grita y los niños convierten el silencio en melodía. Te busqué esta mañana mientras plantaba flores que nunca abrirán y enterraba pájaros que volverán a trinar al amanecer. Caminé por una calle que es todas las calles recordando tu olor que impregna todo lo que me rodea. Estuve aquí en todas las ciudades y en todos los lugares que existen. He visto todo y nada me falta por ver. Vi una anciana contemplando el silencio de sus últimos días que pese a la rutina y la desesperanza siguen siendo una incertidumbre. Una anciana que me miró como un niño curioso. Un cuarto que da a la calle. Una anciana en una silla de ruedas que ansía su final con ternura, sorpresa y dolor en el rostro. La anciana y una casa que está en todas partes, donde importa y donde no es necesaria. Tan innecesaria como todos los que corremos compulsivamente hacia nuestra desaparición y olvido. Una anciana que me dio una gran lección sin decir palabra alguna y que encontré apenas unos 300 metros fuera de mi casa, donde me espera una cama que permanecerá tan vacía como mi cuerpo. Una anciana en un cuarto que da a la calle que espera conocer tus ojos para desaparecer de este planeta. Una anciana que vive en un cuarto que da la calle con un gato, un catre, una tele y un refrigerador, una puerta corrediza que cierra hacia abajo y se pliega y repliega sobre sí misma. Una anciana que me vio tres segundos para hablarme del sonido de los pájaros, del color de las flores, del sabor de las frutas, del silencio de la vida, del amor sin palabras y a kilómetros de distancia que arde en el corazón y fulmina con un recuerdo. Cerré los ojos y estabas a su lado diciéndole: “ese es Ale y me ama”.