Alejandro Flores

24.7.08

Conoces a Ulises Lima?



"Si he de vivir que sea sin timón y en el delirio".




El personaje Ulises Lima creado por Roberto Bolaño en Los detectives salvajes existió en la vida real y era conocido como Mario Santiago Papasquiaro. El Fondo de Cultura Económica edita la antología poética Jeta de santo, de este autor mexicano fallecido en 1998, que contiene una selección de 161 poemas realizada por su viuda Rebeca López y el también poeta Mario Raúl Guzmán.


Mario Santiago era uno de los jóvenes poetas retratados por Bolaño y que querían "volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial" mexicana de los años 70, boicoteando los eventos de las vacas sagradas, escandalizando a la población estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras y burlándose de las excentricidades del mundo artístico.


Ulises Lima y Arturo Belano son, en Los detectives salvajes, los alteregos respectivos de Mario Santiago y Roberto Bolaño, dos grandes amigos y fundadores del infrarrealismo mexicano.


Cuenta el poeta Ramón Méndez (La Jornada Morelos, 9/03/2004) que "una madrugada de 1975, cuando Santiago y yo salimos de la casa de Bolaño lo habíamos convencido de nuestra subversión vital contra el oficialismo de la cultura, y nos había comparado con los beatniks" norteamericanos, que sin duda influyeron a este grupo de jóvenes. Pues como aquellos, los infras querían lanzarse a los caminos. "Si he de vivir que sea sin timón y en el delirio", diría Santiago.

Santiago escribió en uno de los manifiestos del infrarrealismo mexicano, "la estupidez no es nuestro fuerte", en respuesta a quienes calificaron su comportamiento escandalizante como estúpido o infantil. Y para nada: su actitud tenía sentido y una razón de ser, una actitud pesada que demandaba congruencia.

La forma de "partirle la cara" al oficialismo era ir en contra de ésta confrontándola, empezando por confrontarse a sí mismos, hasta ser capaces de abandonarse. Por eso Mario Santiago ante cualquier posibilidad de reconocimiento lo rechazaba. Fue capaz de clausurar su revista justo cuando empezaba a ser más conocida. Ese era el sentido más radical de ser un infrarrealista: un ser que brilla con luz propia en la marginalidad.


Para Bolaño era un "poeta poeta. Es decir, un poeta todos los segundos y sentidos de su vida: cuando cocinaba o hacía el amor, ¡vaya!, poeta, hasta para ir al baño.



Y para muestra basta una anécdota contada por el propio Bolaño, su gran amigo: "Era un ser extrañísimo, hacía cosas como meterse a la ducha y seguir leyendo. Y lo peor era que eran mis libros. Siempre veía mis libros mojados y no sabía qué había ocurrido".



"Hasta que una vez lo sorprendí leyendo en la ducha y yo lo que tenía que haber hecho era ponerme de rodillas a rezar ante el milagro que había presenciado".



Mario Santiago Papasquiaro fue un poeta desconocido, pero que ahora, en gran parte debido a la difusión lograda por Roberto Bolaño, se le quiere recuperar cuando en vida nadie le puso mayor atención ni siquiera al momento de morir: su cuerpo fue indentificado en el Semefo varios días después de haber sido embestido por un automóvil una noche en el Distrito Federal.



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